martes, 19 de enero de 2016

CARMONA


Si bien es sabido que "Sevilla es una maravilla" Carmona no se queda atrás, una hermosa localidad a 45 kilómetros de Sevilla con muchos siglos de historia.
Fuimos a parar a Carmona sin ni siquiera advertir que nos encontraríamos con un hermoso lugar plagado de historia.

Mi afán era conocer Sevilla ya que en muchas oportunidades había sido lugar de paso en mis viajes hacía Algarve pero nunca había podido detenerme en ella.

Decidí que como mi cumple estaba a las puertas me regalaría un viajecito a Sevilla. Un finde para ser exactos ya que el presupuesto no daba para mas.

Mi sorpresa fue que a la hora de buscar hotel todo estaba completo, alguien diría que tal vez mi búsqueda no fue efectiva pero como soy una convencida de que nada pasa por casualidad, quiso el destino llevar mis pasos hasta Carmona.

En el Alcazar de la Reina hotel de cuatro estrellas había una habitación esperando por nosotros cómoda, encantadora y económica. Excelente atención y una cocina exquisita que nos sorprendió gratamente.





El primer y segundo día lo pasamos en "Sevilla que es una maravilla" con sus monumentos, sus carruajes y su infaltable "rebujito"

La ultima mañana me pareció que había que conocer Carmona como ibas a estar en un lugar sin al menos conocer sus alrededores. La tarde anterior habíamos visto un cartel que anunciaba una visita guiada. La verdad debo decir que cuando buscamos información por interned sobre Carmona lo que encontramos no fue mucho por lo que nuestras expectativas no eran muy altas. Pero aquella mañana a medida que íbamos avanzando en el recorrido y adentrándonos en su historia pensamos en como habíamos podido dejar esta maravilla de descubrimiento para el final.

Desde la parte mas alta de Carmona se pueden divisar las torres de las siete iglesias de estilo mudéjar que lo componen, las ruinas de un castillo que termino por sucumbir al terremoto de Lisboa a cuyo costado se ha construido un gran y lujoso Alcazar del Rey y Parador imitando la piedra y el estilo del antiguo castillo. Desde lo alto del Alcazar se pierde la mirada en el horizonte de los valles que en tiempos de batallas serian de gran estrategia para adelantarse al ataque enemigo ya que sus vistas permitían preparase ante el inminente ataque con casi tres días de antelación.



No cabe duda que por las estrechas calles de Carmona aun se respira el pasado y lamentablemente diremos que aun se puede observar la linea que divide a los ricos terratenientes con sus casas palacios de las deprimidas condiciones en las que ayer vivieron labradores y peones hoy habitadas por viudas y ancianos que a la puesta del sol van a dejar su ya cansado andar.




 Pero de esto solo os puede hablar un lugareño que con mucho afán y conocimiento de causa nos contó la historia de Carmona, Alfonso, preguntad por el cuando estéis allí que no solo os dará un paseo turístico sino que con el corazón os hablara de su hermosa Carmona. A la que seguro que volveremos para ver esos grandes valles florecidos bajo un cielo de girasoles en junio.